La “Hipótesis Sapir-Whorf” propone que la lengua que hablamos afecta nuestra manera de percibir el mundo, encendiendo una gran polémica que persiste al día de hoy. Varios estudios sobre la percepción de color se realizan con culturas que emplean términos lingüísticos distintos. En el caso del color azul, se ha demostrado que los hablantes de lenguas que tienen distintos términos para referirse a los matices claros y oscuros del azul (i.e.: ruso, griego) distinguen mejor entre las variantes claras y oscuras en comparación con hablantes de lenguas donde solo se emplea un término (i.e: inglés, francés). Esta ventaja sólo se observa cuando los estímulos son presentados en el hemicampo visual derecho. Por tanto, serían procesados principalmente por el hemisferio cerebral izquierdo asociado al procesamiento del lenguaje. Un estudio reciente de nuestro grupo ha comparado la percepción categórica de distintos matices del azul en poblaciones castellano-parlantes de Uruguay (donde se emplean los términos “azul” y “celeste”) y España (donde se utiliza solo el término “azul”). Los resultados obtenidos muestran que existe una ventaja categorial para los uruguayo-parlantes a partir de la existencia del término del color “celeste”. En el presente trabajo exploramos cual es la actividad eléctrica cerebral asociada a la percepción de colores y en particular como este se ve afectada por aspectos lingüísticos. Para esto utilizamos estímulos en el borde verde/azul utilizados en un estudio similar realizado por Holmes et al (2009).
Integrantes del equipo:
Ignacio Rebollo
Andreu Oliver
Nicolasa Morales
Docentes orientadores:
Alejandro Maiche
Alejandra Carboni