Muchos animales cuentan con sistemas termosensoriales para evitar temperaturas extremas, y también para hallar temperaturas óptimas para su desarrollo y reproducción. Dado que los insectos no cuentan con sistema de termorregulación, es imprescindible para su supervivencia y la localización de sus presas un sistema de termorreceptores. El estudio de sistemas sensoriales en insectos puede darnos pistas para combatir vectores de enfermedades, así como para avanzar en el desarrollo de técnicas disuasorias para la contención de hematófagos. En este proyecto se utilizó el modelo experimental Drosophila melanogaster para estudiar termorreceptores y las consecuencias de su activación en el comportamiento. Se construyó una arena comportamental para estudiar la respuesta de larvas de la mosca de la fruta cuando se la expone a dos temperaturas distintas. Cuando la larva es expuesta a 25 °C y distintas temperaturas como 17, 21, 25, 29 y 33 °C, evitan las temperaturas extremas 17, 29 y 33 °C, por ende se concluye que las larvas presentan una preferencia a temperaturas cercanas 25 °C. Asimismo, utilizamos el sistema GAL4 UAS para expresar GFP o GCaMP6m en células termorreceptoras y de esta forma facilitar su estudio. Este sistema permitió identificar distintos patrones de expresión de los receptores ionotrópicos Ir21a, Ir68a Ir93a, y receptores termosensibles TRPA1 y Gr28b. Obtuvimos, como resultado fisiológico, que las neuronas que expresan Ir21a son activadas aumentando su fluorescencia frente a disminución de temperatura. Departamento de Biofísica, Facultad de Medicina Integrantes del equipo: Arriondo, Nicolás; Castro, Emilia; Fahradijan, Mateo; Orellano, María Eugenia y Troncone, Catalina Docente orientador: Budelli, Gonzalo